Situada inicialmente en las afueras campestres de París, esta novela de María del Pilar Sinués traza un paralelismo con el mito griego protagonizado por el hijo del constructor del laberinto de Creta. Es el comienzo de la primavera. Emma, de diecisiete años, lee un libro que le prestó su prima Isolina, para preocupación de su madre. Con el correr del tiempo veremos despertarse amores tórridos y vocaciones dispuestas a cambiar los rumbos que todavía pueden cambiarse.-