Este libro aborda el espinoso tema de los discursos raciales y propone una relectura de figuras canónicas del pensamiento cubano de los siglos XIX y XX. En tal período, la ideología del mestizaje estructuró los discursos fundacionales de la cubanidad, tal como se observa en la obra de escritores tan disímiles como José Antonio Saco, Domingo del Monte, Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Martí, Fernando Ortiz, Emilio Ballagas, Nicolás Guillén, Juan Marinillo, Jorge Mañach, Alejo Carpentier y José Lezama Lima.
Este libro discute el imaginario del mestizaje en términos de una estrategia discursiva que pretendió resolver (o disolver) los conflictos que amenazaban la consolidación de un proyecto nacional moderno. En muchos casos, la ideología del mestizaje buscó asimilar y contener el componente africano de la nación, dejando más o menos intactas las relaciones jerárquicas de poder y prestigio que se forjaron en el período colonial. Esta dinámica parece recurrente en varias de las sucesivas reformulaciones de la identidad cubana que responden a la heterogeneidad sociocultural de la isla, particularmente, en períodos de crisis social y política. La imaginación mestiza no se ve aquí como el resultado de los indudables procesos de transculturación acaecidos en el continente, sino más bien como una instancia discursiva del poder letrado que genera "imaginarios sosegantes".