El final de Don Álvaro, drama lírico en dos actos con música de Conrado del Campo, fue estrenado en el Teatro Real de Madrid en 1911. En el Convento de Los Ángeles, donde se ha refugiado como penitente, Don Álvaro se confiesa con el Padre Guardián y repasa hechos cruciales de su vida. En eso llega desde afuera Don Alfonso, hermano de su antigua prometida Leonor, a confrontar versiones. Aligeran el curso de la obra las canciones serranas, preferidas del autor. En esta oportunidad son las mujeres del convento quienes las cantan. Mientras tanto se prepara una serie abrupta de acontecimientos que revelarán una verdad diferente, insospechada, y sus consecuencias.-