Retrata tu hotel y retratarás el universo. Así piensa el fotógrafo Tony Lafont, el protagonista de esta novela, un tipo que cree encontrar (o encuentra) en cada persona y en cada objeto trivial las señales de una verdad cósmica. De más está decir que esta obsesión absorbe su existencia. Por eso todo cuanto le importa transcurre en el hotel de Cartagena de Indias y sus alrededores.Las polaroids sacadas por Lafont son portales abiertos a los misterios que esconden las habitaciones desvencijadas, los trabajadores del establecimiento, sus ocasionales visitantes. Todos los personajes tienen su turno en esta danza, que a veces es macabra pero otras tiene su cuota de euforia –y lo más atrapante: suelen ser las mismas veces–.-