La filosofía de la segunda edad media se caracterizó por la recuperación de los tesoros culturales de la antigüedad helenística.
Este rescate hizo un largo recorrido a la redonda: partiendo de las amarillas arenas del desierto medio-oriental, recorrió las orillas norte africanas del Mediterráneo y desembarcó finalmente en la península ibérica en ese tiempo arabizada. De allí pasó al mundo europeo occidental en pleno desarrollo de su sistema escolástico.