Primera entrega de la trilogía de Franco Nembrini dedicada a esta gran obra de la literatura universal, escrita en su tiempo para que la leyera el pueblo, pero que en la actualidad ha quedado circunscrita al ámbito de los eruditos y académicos.
El origen del libro es una conversación de Nembrini, profesor de literatura italiana y gran apasionado de la obra de Dante, con sus hijos, quienes le plantean diversas dudas y dificultades respecto de lo que les explican en el colegio sobre La Divina Comedia. Para ayudarles a resolverlas, les propone quedar los domingos por la tarde para hablar de texto, pudiendo invitar a los compañeros de clase que quieran. A las pocas semanas se juntan más de doscientos chicos. Posteriormente, algunas madres le piden a Nembrini que organice charlas también para ellas. De aquí surge la experiencia de Centocanti, asociación dedicada a la lectura y difusión de la obra de Dante, en colegios y centros culturales.
El presente volumen, dedicado a los cantos de la parte del Infierno, permite descubrir al lector que Dante no es un autor reservado a unos pocos elegidos, sino "uno de nosotros", alguien con el que emprender el viaje hacia "un bien en el cual el alma se complace", para poder vivir como hombres la aventura de la vida.