Según el crítico literario Benedicto Víquez, la novela "El día de la tercera revelación" presenta un mural de espacios y tiempo que semeja un laberinto de imágenes, sueños y sincronías. Todas narradas desde las voces de un solo personaje: Antonio, desde perspectivas distintas en la iniciación del ritual vida-muerte que permite penetrar en el mundo privado de su conciencia.
Esta novela rompe con todos los esquemas tradicionales de nuestra literatura, es un ejemplo de creación literaria actual, que ubica a nuestras letras en el ámbito universal con todos los merecimientos del buen narrar.