A la princesa se le cayó una bola de oro en la fuente y una rana la recogió. Como recompensa le pidió ser su compañera de juegos. Pero la princesa temía a aquella rana fría y viscosa, sin sospechar que se trataba de un príncipe encantado.
- Un cuento de los hermanos Grimm para leer - Magníficas ilustraciones - Para niñas y niños mayores de 4 años
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