¿Nuestro cuerpo puede "independizarse" de nosotros? ¿Cada una de sus partes es libre de tomar sus propias decisiones? El pie derecho de Pedro parece ser de esa idea y ha decidido, un día, así nomás, dejar de bañarse. Pedro tiene que andar por ahí arrastrando esa... cosa. Para su buena fortuna, el monstruo que le queda por pie parece tener habilidades insospechadas y maravillosas. Quizás no sea tan mala idea después de todo...