Se trata de una trilogía de relatos, alrededor, de la Península Ibérica, enmarcada, por un muy simbólico personaje llamado " El Perro de la Luna” siempre en constante búsqueda de un maduro proceso de individuación, a través, del florecimiento de su propia percepción cognitiva, asiente en la procura de legendarios paisajes (enalteciendo para eso su sentido estético y ético), en un mundo demasiado acelerado y muy poco dado a captar la verdadera esencia de determinadas sensaciones, que hacen mucho más rica la propia vida.