La formación de las literaturas nacionales latinoamericanas fue un hecho político surgido a raíz de sus nuevas identidades culturales, que buscaban voluntariamente diferenciarse tanto de las metrópolis como de los países limítrofes. El debate ha ganado complejidad ya que las grandes narraciones han perdido legitimidad y las voces subalternas han conquistado espacios. Ciertos iconos, utopías y tragedias han pasado a ser fagocitados, distópicos o farsas. Los autores de este volumen repiensan el compromiso político de las letras latinoamericanas y aportan lecturas plurales.