En Lamira la vida es circular, o eso dice el tendero de su colmado. La cotidianidad y todos sus pequeños matices no pasan desapercibidos a este observador mordaz, conocedor de los secretos de sus clientes y de verdades universales como que los condones de sandía se venden mejor los viernes y los sábados.
Cuando el tendero decide ir más allá de su papel de espectador y lanza un rumor sobre Claudina Górtimer, ortodoncista y entusiasta de las macetas e hilos del colmado, no puede imaginar que su pequeño juego desembocará en asesinato... El primero de los sucesos que sacudirá este pueblo de carretera.
Inocente y a la vez irónico, el narrador de El colmado de Lamira va dibujando a los personajes —desde la entrañable Gertru Salomon hasta el extraño Samuel Sincler, el torpe jefe de policía o el gran Opalinski— para conformar un retrato de lo cotidiano, no exento de asesinatos, secuestros, chantajes, odios y amores.
El colmado de Lamiraes la obra ganadora del IX Premio Bubok de creación literaria