El joven psiquiatra Sebastián Parera nunca pudo imaginarse que, detrás del silencio, convivieran tal cúmulo de voces aparentemente inexistentes. Con algunas de ellas lidiaba cada día, con mayor o menor éxito, al tratar a sus pacientes; pero descubrió otras más de entre todas aquellas que antes desconocía , voces escondidas tras el silencio, voces acechantes que pondrían en peligro su vida y la de sus seres más queridos.