En esta historia parece que el bueno de Martin, el administrador principal del castillo, llamado aquí a menudo funcionario, habiendo demostrado ser un buen hombre, consciente o inconscientemente ha desencadenado el hechizo sobre el castillo, un hechizo que aparentemente persiste hasta el día de hoy. Probablemente algo imprescindible, aunque no intencional para salvar a las almas, como si el hechizo fuera un estado intermedio en el proceso. Estos son los increíbles, espeluznantes y en parte inquietantes relatos sobre acontecimientos que una noble anciana, en el siglo XIX a partir de sus recuerdos y probablemente de sus notas dejaría en un manuscrito a la posteridad.