En esta obra se analizan los planteamientos de la teoría política contemporánea y la importancia actual del utilitarismo, corriente de pensamiento que ahonda en las categorías placer, dolor y felicidad. Para ello se contrastan aspectos que han sido atribuidos al pensamiento utilitarista clásico, con el fin de descifrar qué tan grande es la deuda que tienen los filósofos contemporáneos con Jeremy Bentham y John Stuart Mili, pensadores del utilitarismo del siglo XIX. En ese orden de ideas, la obra hace un rastreo de los antecedentes conceptuales del utilitarismo, es decir, cómo fueron formulados en la Antigüedad, y propone un recorrido que parte de las concepciones liberales de John Rawls, aborda el comunitarismo de Michael Sandel y destaca las críticas de Bernard Williams y WiII Kymlicka al utilitarismo, que muestran el contraste entre la visión acerca del panóptico de Foucault y la planteada por Bentham.