Imagina una planta, un simple tubérculo, que parece un rábano, que crece a una altitud de 4000 metros, que sobrevive el calor extremo, el frío, un clima severo y un ambiente enrarecido y que al mismo tiempo almacena fuerza, vitaminas, oligoelementos y nutrientes minerales.
Los Incas ya habían utilizado la raíz de maca de las altiplanicies andinas como alimento y como medicina. Peter Carl Simons, un experto en salud, muestra cómo esta planta poco interesante todavía puede ser utilizada como parte de una terapia.
El campo de aplicación incluye: terapia del cáncer, disfunción eréctil, depresión, nacimiento prematuro y fertilidad femenina, la anemia, trastornos endocrinos, y muchos otros. La raíz del maca también se conoce en el contexto de la terapia anti-envejecimiento.