La rabia. Pedro Calderón de la Barca
Fragmento de la obra
Acto único
(Dentro.)
Doña Bárbula: ¡Casildilla! ¡Muchacha! Abre esta puerta,
presto.
Casilda: ¿Qué traes?
(Sale Doña Bárbula, vestida de dama y Casilda, de fregona.)
Doña Bárbula: No es nada, vengo muerta,
de un braco (¡Ay Dios, que he de rabiar!)
mordida,
para todos los días de mi vida.
¡Confesión, testamento, unción, entierro! 5
Casilda: Sosiega, que quizá rabias por yerro.
¿Qué ha sido pues?
Doña Bárbula: Fui a visitar, Casilda,
(ya lo sabes) a doña Hermenegilda.
Es inclinada a perros, de manera…
Casilda: ¿Qué amiga tuya no es una perrera? 10
Doña Bárbula: Que tenía en su casa ¡Ay que me aflijo!
más que suelen ladrar en un cortijo.
Pues apenas llamé, cuando al abrilla,
a la puerta salieron en cuadrilla
un gozque, un perro de agua, un perdiguero, 15
un lanudillo, un chino y un faldero;
un mastín, un lebrel, un galgo, un dogo,
un sabueso, un ventor… (¡Ay que me ahogo!),
y entre ellos un ladrón de un perro braco.
Casilda: No hay braco que no sea […] gran bellaco. 20
Doña Bárbula: Éste, sin más ni más, a mí acomete:
voyle a dar un cachete,
vuelve, por no le haber, como un alano,
y quiéreme morder en esta mano,
siendo así que esto es lo que me agravia, 25
que diz que el susodicho braco rabia
siempre que se le antoja,
y habrásele antojado (¡[…] qué congoja!)
según toda la mano tengo hinchada
como una bota ya…