El gran teatro del mundo es, junto a La vida es sueño y El alcalde de Zalamea, una de las obras más conocidas de Pedro Calderón de la Barca. Fue escrita entre 1630 y 1635. Esta pieza religiosa demuestra la habilidad del autor para trabajar con géneros tan diferentes como el auto sacramental o la comedia filosófica.
Se ha traducido y puesto en escena innumerables veces. Esta obra supera los condicionamientos estéticos de la época en que se escribió. Lanza con fuerza un mensaje ya conocido desde los clásicos latinos. La vida es una mera representación en la que hay que cumplir un papel efímero como esta y que tiene solo una relevancia imaginaria. En ella, finalmente, lo único importante es «obrar bien».
El gran teatro del mundo de Pedro Calderón de la Barca es crucial para entender el nihilismo Barroco. Este drama litúrgico destaca por su percepción del mundo como algo alucinante y por su particular religiosidad.