Así que mi chihuahua ha se ha tirado a una osa. Perdón, a una perra enorme, igualita a una osa. Ahora mismo tengo a su dueño, un tío súper-bueno, abroncándome y exigiéndome que haga una prueba de ETS... a mi mascota, claro está. ¿Queréis saber otro problema de este abuso sexual perruno? El misterioso dueño de la osa puede ser la clave para financiar mi nuevo proyecto y llevar a mi empresa de juguetes al siguiente nivel. Y por «juguetes» me refiero a los que de verdad son divertidos, de esa clase que toda mujer (y hombre) necesita. Ojalá pudiese descubrir qué es lo que oculta... o conseguir que mi libido se comporte. Porque mezclar negocios y placer es una mala idea, y Dragomir Lamian puede no ser lo que parece. NOTA: Esta es una comedia romántica independiente, cargada de erotismo cocinado a fuego lento, que presenta a una heroína segura de sí misma y obsesionada con los juguetes pero que conoce todas las supersticiones rusas imaginables, y de su gracioso primer encuentro entre ella, un sexy y misterioso desconocido, y dos perros con gran apetito sexual (uno de los cuales es posible que ya tenga su propio juguetito). Si hay algo de todo eso que no vaya contigo, sal corriendo enseguida. De lo contrario, abróchate el cinturón y prepárate para un viaje placentero y cargado de risas.