Un héroe de nuestro tiempo, título fundamental para entender el paso del Romanticismo al Realismo en la literatura rusa, se compone de cinco relatos conectados por una estructura narrativa espiral centrada en un único protagonista, Pechorin, un joven oficial ruso desilusionado de la vida y del género humano, que describe su propia alma como medio muerta y la felicidad como la capacidad de tener poder sobre los demás.
Nabokov en su prólogo da una lección magistral de literatura rusa. En algún momento señala: "Las cinco historias van creciendo, girando, revelando y enmascarando sus contornos, alejándose y reapareciendo con una nueva perspectiva o luz como cinco cimas montañosas que acompañarán a un viajero por los meandros de un cañón del Cáucaso".
Lérmontov, al igual que otros grandes autores rusos como Pushkin (El prisionero del Cáucaso) y Tolstói (Hadyi Murat, Los cosacos) rinde homenaje literario a las irreductibles gentes de las montañas que nunca se sometieron a la dominación rusa, que protagonizaron rebelión tras rebelión y que llegaron a compartir con sus más acérrimos enemigos, los cosacos que protegían las fronteras del imperio zarista, un cierto respeto compatible con el odio.
Prólogo de Vladimir Nabokov