Desde una perspectiva feminista, antirracista y queer, este libro ofrece lecturas cautelosas de la producción poética puertorriqueña de las primeras décadas del siglo XXI. Arguye que, pese a los muchos desastres naturales y económicos que Puerto Rico ha confrontado, la poesía continúa siendo un espacio vibrante de agenciamiento político donde los poetas fabrican una sociedad más inclusiva y más atenta a los placeres y dolores del cuerpo. Este estudio se fija, en particular, en cuerpos que tradicionalmente han sido elididos de los cánones poéticos, como los de las mujeres negras, los inmigrantes, las personas obesas, "locas" y homosexuales, queriendo desencajar a la poesía puertorriqueña de una tradición hispánica a la que incómodamente pertenece. Este estudio, además, pone a dialogar la poesía isleña con una tradición poética estadounidense que incluye a Walt Whitman, Wallace Stevens y Louise Glück. Algunos/as de los/as autores/as que se analizan son Mayra Santos Febres, Eduardo Lalo, Lilliana Ramos Collado, Janette Becerra, Mayda Colón y Carlos Vázquez Cruz. Los ensayos de este libro resaltan el valor de la obra de estos autores no solo como artefactos, sino como catalizadores de un pensar político enraizado en el cuerpo.