Ciudadano del teatro reconstruye los espectáculos dirigidos por Álvaro Custodio (1912-1992) y relata su extraordinaria peripecia vital. Custodio nació en un teatro, en Écija, y fue actor de La Barraca de Federico García Lorca. En el exilio desde 1939, fundó Teatro Español de México, probablemente la primera compañía profesional del siglo XX dedicada a los Siglos de Oro. Este libro se pregunta cómo logró que sus espectáculos se convirtieran en la mayor aportación del exilio republicano al teatro en México, y para ello estudia su repercusión en crítica y público, en teatros de cámara y en espacios abiertos para multitudes, sin olvidar reveses como la prohibición de La Celestina o la competencia insólita con Margarita Xirgu. En 1973 regresó a España: ignorado por la cultura de la Transición, levantó una notable compañía en El Escorial. A lo largo de su carrera, colaboró con artistas como Leonora Carrington o Josep Renau; y descubrió a actores como Ofelia Guilmáin, Ignacio López Tarso o Juan Echanove.