Durante cien domingos, Serafín compartió con sus feligreses reflexiones sobre la vida, el amor, las pasiones humanas, el perdón, la amistad y, muy especialmente, sobre Jesús y su Evangelio. Éste fue el regalo en forma de homilías que el párroco de un pequeño pueblo de Granada hizo a sus feligreses a lo largo de cien domingos. Y el regalo que le hizo a él una de sus feligresas, Belén, transcribiéndolas domingo a domingo.
Este es un libro sencillo, amable y profundo: las conversaciones de un pastor con su comunidad. Meciéndote en sus páginas, podrás entrar en una atmósfera de intimidad, en la que la Palabra se hace diálogo. El objetivo de su autor siempre estuvo claro: contar la historia de Dios, como si fuera tu propia historia.
Y la Palabra se hizo diálogo