La llegada de Madame de la Roche a Montpubien, altera la vida de este pequeño pueblo de la Provenza francesa de unos setecientos habitantes.
Por distintos motivos las miradas de hombres y mujeres confluyen en la figura de la forastera. La de los hombres cargada de sueños pasionales y la de las mujeres con envidia, por haber "atrapado" al soltero deseado de Montpubien.
Sus contoneos de caderas y su pecho amenazando con hacer saltar los botones de su blusa son culpables de que una pandemia de embarazos modifiquen la estadística de natalidad.
Madame de la Roche es la comidilla de las gentes del pueblo hasta que otros hechos más graves hacen que sean otros los objetivos.