Debravo tiene en estos poemas el fulgor encendido de la protesta, la llama quemante de las voces que se dirigen al pueblo e increpan la miseria. Libertad de palabra para el que es su esclavo, cárcel para el que pide un mundo nuevo.
La poesía social tiene en Debravo un magnífico exponente. Porque este ve y siente la miseria que en pleno siglo XX es una anomalía, es un cáncer en el corazón del pueblo.