En las páginas de este libro se dibuja el tránsito de Venezuela por un buen trozo del siglo XX. Es la visión de un hombre de partido que presenció el auge democrático como consecuencia de la firma del Pacto de Puntofijo –tan satanizado en estos años de borrón y cuenta nueva– y observó desde primera fila el declive progresivo e indetenible de la sociedad que imaginaron, en el exilio y de vuelta de tanto fracaso y tanta espera, Rómulo Betancourt –especialmente–, Rafael Caldera y Jóvito Villalba. Lepage va a fondo en la revisión crítica de los logros y de los fallos. Va a fondo, incluso, contra sí mismo.
Octavio Lepage ha dedicado más de 60 años de su vida a la militancia en Acción Democrática. Fue testigo del breve e inicial alumbramiento democrático de 1945-48, vivió la clandestinidad, padeció la cárcel y el exilio, regresó a la patria en el mismo avión en que volvieron los militares alzados el primero de enero de 1958, se desempeñó en dos períodos diferentes como ministro del Interior –en la "Gran Venezuela" de Carlos Andrés Pérez y en la República fatigada que comandó Jaime Lusinchi–, aspiró, sin pleno convencimiento, a la candidatura presidencial y ocupó la primera magistratura por 15 días justos. Ni una hora más.