«Tres cosas son necesarias para la salvación del hombre: saber lo que debe creer; saber lo que debe querer; y saber lo que debe hacer».
La sentencia de santo Tomás es clara, pero no simple; no resulta engañosa, pero, ¿y si uno no sabe qué creer, que querer o qué hacer?
Entre el día y la noche se mueve este cuento, en la sublime senda entre el orden y el caos. Como los buenos juegos, el 'Yo Nunca' quitará el velo a sus participantes y los hará mostrarse de manera auténtica, llevándolos a ese estado donde no se sabe si la redención será superior a la ebriedad.
Ya se sabe: jugar sin entusiasmo, jugar sin apostar, no es jugar.