La confrontación permanente de horizontes culturales muy diversos se extiende hacia las regiones geográficas de América Latina que, en el pasado, solían ubicarse en el Sur, sugiriendo una posición secundaria, la cual, teóricamente, se calificó como subdesarrollada, periférica, tercermundista o subalterna postcolonial. Sin embargo, esta división ya no es aplicable a su función simbólica cultural, debido a que sus habitantes se desplazan con rapidez y, al mismo tiempo, se yuxtaponen con los migrantes de otros continentes, estableciendo nuevas relaciones entre ellos y con otras tradiciones lingüísticas. Este proceso se acelera gracias a la interconexión brindada por los medios, a través del arte y de la literatura y del mundo digital de los blogs, YouTube y las redes sociales. El confín de las lenguas ibéricas va incorporando otros universos culturales, construyendo lazos que implantan una comunicación con características que sobrepasan la noción de una geografía determinada por la dicotomía Sur-Norte del pasado