Stendhal parecía pensar que las grandes pasiones con terribles consecuencias eran cosa de otro tiempo. En este libro, que recoge tres de sus afamadas Crónicas italianas: Los Cenci, La duquesa de Palliano y Vittoria Accoramboni, se encuentra el Renacimiento italiano en estado puro, tal como lo veía el autor: crímenes, adulterios, torturas, conspiraciones, ambición, venganza. Narrado todo con la crudeza y precisión de un proceso judicial, con la indiferencia postiza de quien ya ha visto demasiado, con la ternura infinita y el lirismo del libertino que ve morir a la más hermosa de las mujeres.
"Fue en Italia, en el siglo diecisiete, donde una aristócrata dijo cogiendo un espejo con delectación al caer la tarde de un día muy caluroso: qué pena que esto no sea pecado."