A partir de investigaciones que muestran cómo la provisión de comida y la cohabitación son fundamentales en la construcción del parentesco en los Andes, Guillermo Salas Carreño, el autor de este texto, nos revela cómo esta misma lógica está presente en otras interacciones sociales: desde aquellas entre una persona y sus afines, vecinos, paisanos, extraños, muertos, hasta aquellas con montañas, lagunas, campos de cultivo, avenidas o plazas; esto es, con lugares que pueden ser también parientes.
El autor recurre al término "ruwales" para referirse a estos lugares con nombre propio a los que se les atribuye agencia e intencionalidad y, a través de comparaciones históricas, muestra las diferentes maneras en que estos seres se relacionaban con los hacendados y las instituciones estatales antes y después de la reforma agraria, con la minería de socavón previa al boom minero y con la actual minería de tajo abierto.
El libro combina un enfoque procesual de análisis del parentesco, que no asume la reproducción sexual como el fundamento universal del mismo, con trabajos recientes alrededor de socialidades que exceden a los seres humanos, la multiplicidad ontológica y la cosmopolítica indígena en la antropología contemporánea.