Del uso de las partes es el primer tratado completo de anatomía funcional en la historia de la medicina y fue la única obra de referencia en anatomía hasta el Renacimiento.
Galeno –junto con Hipócrates el principal médico de la Antigüedad– nació en Pérgamo en 129-130 d.C., de familia acaudalada. Estudió en Esmirna y Alejandría (anatomía y fisiología). Tras ejercer tres o cuatro años la medicina en la escuela de gladiadores de Esmirna, a partir de 162 se instaló en Roma, donde fue el médico de Marco Aurelio y su hijo Cómodo, entre otras personalidades de la corte imperial. Fue uno de los escritores griegos más prolíficos de su época: a sus muy numerosas obras conservadas hay que añadir una cantidad sustancial de escritos perdidos descubiertos en traducción al árabe. Murió en Roma en el año 200. Su influencia en el mundo bizantino, en Oriente y en la Edad Media occidental es enorme, y es sin duda uno de los grandes médicos de la historia.
Del uso de las partes, traducida ahora por primera vez al español, es el primer tratado completo de anatomía funcional en la historia de la medicina y fue la única obra de referencia en anatomía hasta el Renacimiento. Influyó decisivamente en médicos como Arnau de Vilanova, Avicena, Vesalio y Miguel Servet. Galeno, "padre de la fisiología experimental", fue partidario de las disecciones para estudiar las partes del cuerpo no accesibles a los ojos. Practicó también vivisecciones para explorar el funcionamiento del corazón o del pulmón. Experimentó con el cerebro, con la médula espinal, con ciertos nervios, sobre todo con el recurrente y con los músculos internos de la laringe. Destaca su descripción de huesos y músculos. Defendió la interdependencia entre la mano y la función cerebral en la dinámica del desarrollo del ser humano. Formuló por primera vez desde un punto de vista no teísta lo que desde sir William Paley se iba a llamar "diseño inteligente"; para Galeno el hombre es la suprema creación de la naturaleza. Afirma que al médico le cumple desvelar la armonía y la perfección del cuerpo interno, que son la salud y la belleza verdadera. Nada más sagrado, dice, que darlo a conocer: por eso considera esta obra de anatomía fisiológica un "discurso sagrado", un himno de alabanza a la naturaleza.