Los relatos recogidos en esta obra –entre los que sobresale La condena, inicio de la madurez estilística de Franz Kafka– reflejan la concepción que el escritor checo tenía del castigo, palpable tanto en su literatura como en su trayectorial vital. Su lectura permite comprender por qué Kafka necesitaba ser personaje de sus escritos: porque su obra no era gratuita, sino una versión escrita, casi a girones, de su propia vida, consciente ya del terror no infundado que merecían "las potencias diabólicas" que de momento sólo tocaban a la puerta en Europa. Además de La condena, se incluyen en este volumen las narraciones Ante la ley, El cazador Gracchus, Un golpe a la puerta del cortijo, Un fraticidio, Abogados y En la cocina penal.