San Sidonio Apolinar, que resistió en su diócesis el asedio de los visigodos y vivió la disolución del Imperio Romano de Occidente, se muestra en sus poemas como uno de los últimos exponentes de la cultura clásica.
San Sidonio Apolinar (h. 430-h. 480 d.C.), nacido en Lugdunum (Lyón), fue obispo de Augustonemetum (actual Clermont-Ferran), capital de la región de los avernos de la Galia. Vivió un periodo verdaderamente convulso en el que, con la caída del último emperador, en 476, desapareció todo vestigio de poder central en el Imperio Romano de Occidente y se consolidaron los primeros reinos bárbaros independientes. Sidonio no permaneció ajeno a estos hechos decisivos en la historia. A raíz de la proclamación de su suegro, Avito, como emperador romano de Occidente escribió un panegírico que le dio fama, lo que no fue óbice para que, tras ser depuesto Avito al año siguiente, compusiera un nuevo panegírico para su sucesor, Majoriano. A la caída de éste se retiró a la Galia, donde resistió una invasión de los visigodos, hasta el 475.
Tras la derrota se consagró a su diócesis y a la literatura, en la que se mostró como uno de los últimos grandes exponentes de la cultura clásica. De él conservamos veinticuatro poemas, caracterizados por un gran dominio de la técnica y la abundancia de referencias mitológicas. Si antes de ser elegido obispo había pronunciado tres panegíricos imperiales y compuesto epitalamios y epigramas, a partir de su elección se limitó a los temas serios: epitafios, poemas de acciones de gracias a colegas y finalmente su testamento literario y espiritual, en estrofas sáficas.
Publicó además más de un centenar de cartas, muy revisadas para su aparición, que constituyen una fuente importante para conocer la historia del siglo V en la Galia.