Con esta novela que llegó a ser finalista del Premio Fernando Lara en 1996, Rosario Curiel reflexiona sobre la volatilidad de las certezas que damos por sentadas en nuestra vida. Basta que la tragedia se asome para tambalearlo todo y dejarnos perdidos. Eso le sucede a su protagonista, quien tendrá que reponerse de la cruda realidad a través de una de las mejores medicinas: la escritura. Una novela de amores, desamores, enfermedad, muerte y amistad con la sensibilidad a la que nos tiene acostumbrados su autora, Rosario Curiel.-