¿Es la producción de conocimiento un proceso coevolutivo? ¿Tiene algún sentido adaptativo, vital, para nuestras sociedades desarrollar procesos de investigación? ¿La investigación es un juego de lo posible en el que nos inventamos la vida y avanzamos hacia lo improbable, lo impensado, lo no dicho? La investigación como biosfera autoorganizada explora la idea de que producir conocimiento es un fenómeno cercano a la invención de la vida. La principal apuesta que encontrará el lector es la concepción heurística de que la imaginación es el principio de toda investigación, concepción que parte de lo impensado y avanza hacia lo improbable.
Mediante un diálogo entre la psicología, las ciencias de la complejidad y la estética de los mundos posibles, este libro observa la manera como se pueden gestar mundos posibles —e imposibles— a través de la investigación como proceso de producción de conocimiento y, por tanto, como fenómeno de apertura para la vida misma. La investigación como biosfera autoorganizada.