Con prosa exquisita y un sentido del humor tan fino como afilado, Ramón Ayerra nos lleva en esta novela a una vorágine costumbrista de enredos rurales cada vez más enmarañados hasta su apoteósico final. En un pueblito del sur de España, la irrupción de unos desalmados del norte empieza a fraguar lo que podría ser una nueva guerra carlista, más de cien años después de la última. A raíz de la alarma entre las fuerzas del orden, la situación se va complicando y enredando más, entre supuestos, malentendidos y absurdas cadenas de mando, en una serie de escenas a cual más desternillantes que nada tienen que enviar al mejor Amanece que no es poco.-