En La sangre del cordero, Don Wanderhope, alter ego del autor, nos cuenta cómo ha sido su vida desde su infancia en Chicago, en el seno de una familia calvinista, hasta la muerte de su hija de doce años, enferma de leucemia. Una vida,pues, marcada por la pérdida: la de su hermano, muerto en la infancia; la de su primer amor, que ha sucumbido a la tuberculosis; la de su esposa suicida y finalmente la de su hija. Sin embargo, lejos de convertirlo en un ser derrotado y mudo, la presencia constante de la muerte lleva a Wanderhope a preguntarse por el sentido de todo en un tono en el que la rabia y el duelo no paran de mezclarse con el ingenio, el humor y la ternura.
La sangre del cordero nos ofrece una exhibición de ingenio, lirismo, precisión verbal y comicidad que confirma a Peter de Vries como uno de los mejores escritores estadounidenses del siglo XX.