No hay instante sin milagro es un auto sacramental alegórico escrito por el dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Este auto forma parte de su obra teatral y se caracteriza por su contenido religioso y simbólico.
En los autos sacramentales, Calderón de la Barca exploraba temas religiosos y espirituales, utilizando personajes alegóricos y simbólicos para transmitir mensajes morales y teológicos. En No hay instante sin milagro, el autor aborda la idea de que la divinidad y lo sagrado pueden manifestarse en cualquier momento y lugar, destacando la presencia de lo sobrenatural en la vida cotidiana.
A través de un lenguaje poético y simbólico, Calderón de la Barca invita al espectador a reflexionar sobre la presencia de lo divino en el mundo y a considerar la posibilidad de que cada momento de la vida sea una manifestación de lo milagroso.
Este auto sacramental es solo una muestra más del talento y la profundidad literaria de Calderón de la Barca, quien se destacó como uno de los principales dramaturgos del Siglo de Oro español y dejó un legado significativo en la literatura teatral de su tiempo. Sus obras continúan siendo apreciadas y estudiadas en la actualidad.