No hay burlas con el amor es una comedia teatral de Pedro Calderón de la Barca, uno de los dramaturgos más destacados del Siglo de Oro español. La obra se estrenó en 1637.
La trama gira en torno a las complicadas relaciones amorosas entre los personajes. Don Alonso de Luna y Don Juan de Mendoza son dos galanes enamorados de las hermanas Doña Beatriz y Doña Leonor, respectivamente. Por otro lado, el gracioso Moscatel añade un toque humorístico a la historia, interviniendo en los enredos amorosos.
El conflicto principal surge cuando Don Pedro Enríquez, el padre de las dos damas, se opone a los pretendientes y quiere casar a sus hijas con otros hombres por razones de estatus social y conveniencia. Sin embargo, las hermanas están verdaderamente enamoradas de Don Alonso y Don Juan y están decididas a seguir sus corazones.
En medio de la trama, aparecen otros personajes como Don Luis y Don Diego, que también tienen intereses amorosos y complican aún más la situación.
A lo largo de la obra, se desarrollan diversos malentendidos, engaños y situaciones cómicas que hacen que los personajes se equivoquen en sus amores y se enreden en una red de intrigas.
Finalmente, tras superar diversos obstáculos y confusiones, las parejas de enamorados logran deshacer los malentendidos y encontrar la felicidad, mientras que el padre comprende la sinceridad de los sentimientos de sus hijas y acepta las decisiones que ellas toman en el amor.
No hay burlas con el amor es una comedia llena de humor, enredos y reflexiones sobre el amor verdadero, la libertad de elección y las convenciones sociales de la época. La habilidad de Calderón de la Barca para tejer estos elementos en una trama entretenida y significativa muestra su maestría como dramaturgo del Siglo de Oro español.