La primer flor del Carmelo es un auto sacramental, un género teatral religioso muy popular durante el Siglo de Oro en España, escrito por el famoso dramaturgo Pedro Calderón de la Barca. La obra se centra en una interpretación alegórica de la historia de Abigaíl, una figura bíblica que aparece en el Antiguo Testamento, más precisamente en el primer libro de Samuel, capítulo 25.
En la Biblia, Abigaíl es una mujer sabia y hermosa casada con un rico pero desagradable hombre llamado Nabal. Cuando Nabal rechaza brindar hospitalidad a David y sus hombres, Abigaíl intercede para evitar un conflicto violento, llevándoles alimentos y pidiendo perdón en nombre de su esposo. Tras la muerte de Nabal, Abigaíl se convierte en la esposa de David.
En La primer flor del Carmelo, Calderón de la Barca utiliza la historia de Abigaíl como una alegoría de la intercesión de la Virgen María, reflejando la interpretación teológica de la época que consideraba a María como intercesora entre la humanidad y Dios. Este auto sacramental, que presenta elementos de drama y misticismo, utiliza el recurso literario de la alegoría para presentar la narrativa bíblica de una manera que enfatiza sus significados espirituales y teológicos más profundos.
Los autos sacramentales, como La primer flor del Carmelo, eran representaciones teatrales que formaban parte de las celebraciones del Corpus Christi y que buscaban enseñar y reforzar las verdades de la fe católica. A través de la creatividad y la habilidad dramática de Calderón de la Barca, esta obra particular logra presentar la historia de Abigaíl de una manera nueva y significativa, enriqueciendo la comprensión del público sobre los temas de la intercesión y la gracia divina.