Los maestros buscamos la formación integral de nuestros alumnos. Para ello nos apoyamos en los programas educativos oficiales y los de cada escuela; estamos atentos a las innovaciones educativas y tenemos el reto permanente de lograr las metas propuestas. Sin embargo, cada vez que concluye un ciclo escolar nos interrogamos acerca de qué determina el que un alumno sea o no exitoso en su vida actual y futura. Comúnmente los resultados académicos pretenden hablar por sí solos, pero no siempre el mejor promedio de calificaciones es sinónimo de éxito. ¿Qué será lo determinante? En este libro se propone que es la estabilidad emocional, producto del equilibrio entre las diferentes inteligencias de cada alumno, es decir, el llevar a los alumnos a sentir inteligentemente y pensar emocionalmente.