Bautizada "Ciudad de los Reyes", Lima constituyó en el siglo XVIII el principal bastión de la monarquía española en América del Sur. La capital se impuso como el más importante centro civilizador y político en esta parte del continente, y la amplitud de su corte da testimonio de ellos. ¿De qué modo los rituales políticos intentaron erigirla en la "Heroica y Esforzada Ciudad de los Libres"? ¿Qué fiestas y ceremonias pretendieron reemplazar la figura del virrey por la de una nueva autoridad, al calor de la independencia? ¿Cómo las ceremonias en honor a la nación desplazaron la puesta en escena de la lealtad al rey?
Pablo Ortemberg analiza los rituales políticos a partir de los cuales se construyen la autoridad real y las jerarquías sociales en el virreinato de los últimos borbones, siguiendo modelos relativamente estables. Detrás de una voluntad de inmovilidad, palpita sin embargo una vasta gama de actres sociales que manipulan símbolos y mensajes paradojales propios del fenómeno festivo. Al mismo tiempo, a partir de la invasión de Napoleón Bonaparte a la Península en 1808, la zozobra política de la monarquía deja ver la verdadera continuidad del ritual.
En el cruce de una historia política y cultural, la obra explora los usos y sentidos de los rituales, tanto como los cambios y continuidades de las fiestas del poder real, independentista y republicanas, entre 1735 y 1828. Todas ellas están orientadas a celebrar el régimen y a construir la autoridad suprema en Lima, y muchas pretenden inventar la nación. Es a partir de esta cultura ceremonial que logramos entender mejor cómo fueron imaginados, experimentados y forjados el Estado-nación y la identidad nacional en el Perú.