Al más puro estilo nivolesco de Unamuno, al autor de esta narración se le aparecen los personajes principales del relato que acaba de escribir para rendirle ciertas cuentas. Acto seguido se desarrolla el relato en sí, en el cual, precisamente, un librero innominado está escribiendo un relato y se inspira en conversaciones imaginadas con el otro personaje: Soledad, una presencia deletérea que aparece y desaparece del bar donde toman whisky, El Gato Pardo. Dichas conversaciones giran en torno al amor del librero hacia Elena y en cómo derivan esos sentimientos y la propia personalidad de la amada.
Miércoles de Elena con Soledad es un ágil, llamativo y original relato que aborda las posibilidades de la estructura narrativa pero también temas más universales como el amor.