Héctor vivió su infancia en una zona de la cordillera de Los Andes, repleta de colores. Los elementos fantásticos se fueron abriendo paso para él al vivir en esos escenarios que habían sido habitados por otros pueblos y otros espíritus. "El guardián de los cerros" es una novela muy particular, donde se dan cita la magia y la mística, la tenaz voluntad de "ver más allá", teñida por la nostalgia de una etapa signada por el asombro y las amistades.-