La serie de relatos de Un jardín para nosotros parece cuadrar con aquel lema de "sexo, drogas y rock and roll", al que sólo habría que agregarle aquella soledad tan propia de la época actual que parece perseguir a sus protagonistas, aquella falta de "sentido". La obra se convierte así en una búsqueda, un "aprendizaje curtido", un encuentro con el desencuentro vivido.
Piezas cambiables de la mayor fuerza que mueve el mundo, el amor, toda la serie de relatos comprendidos en Un jardín para nosotros trata de personajes en su búsqueda constante, y su contraposición, escapar al fin de la soledad que les persigue. Tránsito introspectivo de sus protagonistas, resulta uno de los libros más personales del escritor y periodista Matías Crowder, donde nutre sus historias con su caudal de experiencias vividas. El libro resume así una serie de sus mejores cuentos, varios de ellos galardonados, como la búsqueda personal del amor, todo lo que su palabra encierra.
En primer relato, el protagonista de "Norma Cena con Cheever" decide regresar a Argentina luego de años en el extranjero. En el viaje, los recuerdos se mezclaran de tal manera que perderá la noción del tiempo, el cual, como el amor, al menos para el protagonista, resulta pasajero.
En "Carol Antoine" una joven viajera recorre Europa en búsqueda del sentido de la vida, hasta dar en Girona, donde conoce al protagonista. En un hostal de Barcelona, mientras suena la canción de Lenny Kravitz, I Build This Garden For us, ambos amantes pensarán que en realidad el amor ha dejado en ellos sólo tierra arrasada.
"Loneliness kills" resume con precisión la soledad, el sin sentido de los excesos, el consumo de drogas y la libertad total en el sexo. En "La novia de Sabina", que cierra el libro, el protagonista conoce a una mujer que dice haber sido una de las mil novias de Joaquín Sabina, a la cual, según ella, le dedicaba sus canciones.