El autor pretende que los jóvenes se involucren en la defensa de la naturaleza, al mismo tiempo que vean como una opción de futuro, el trabajo y la vida en un entorno rural.
Para ello, crea una figura central como es un frutal, EL MANZANO.
Da a conocer todas sus partes, cómo desarrolla su ciclo anual, su mantenimiento, sus enfermedades, poda etc., de una manera natural, evitando dañar el medio ambiente y la biodiversidad, de esta manera, los jóvenes ampliarán sus conocimientos sobre la naturaleza y sentirán cada vez más necesidad de protegerla, ampliando su actividad a otros cultivos sostenibles, hortícolas, bosques etc.
Pudiendo incluso llegar a fijar población en núcleos rurales, tan necesarios en este momento para una mejor conservación del medio ambiente.