La escuela del Italiano es una novela realista, cuyo ritmo sostiene un equilibrio, a lo largo de toda la lectura, que la hace elegante y sobria. Mantiene en capítulos cortos dos historias paralelas que van creciendo en intensidad, de tal forma que en su transcurso el lector empieza a comprender por qué una portera, llamada Aura, va escribiendo en un diario lo que ocurre en la escalera de aquella casa señorial de un Valladolid entre 1951 y 1953, es decir, cuarenta y tres años antes de que el protagonista, Rafael Cruz, conozca una noticia sobre su vida que le ayudará a comprender su pasado. Con el leitmotiv de un cuadro titulado La oscuridad, Cellino ha escrito una historia de personajes interesantes, dibujados con mano maestra, que quedarán en el recuerdo del lector.