¿Qué fuera del esplendor de la gran Tenochtitlan, la ciudad donde los mexicas construyeron el centro del universo y fuera asombro de los conquistadores españoles, quienes entonces dominaban la esfera del poder y las ideas? ¿Qué pasó en la Gran Plaza Mexica después de su caída? ¿Cómo fue que la férrea voluntad de sus sobrevivientes, a pesar del exterminio y la destrucción, logró rescatar los más preciados símbolos de su cultura para que permanecieran intactos durante siglos? John Talbot, un arqueólogo inglés, y Juan Felipe, su amigo yucateco, evocan ya en la madurez de sus vidas un viejo pacto de juventud. A partir de ese momento se desencadena una aventura inspirada por un arquitecto mexicano cuyo idealismo lo lleva a codificar gráficamente los conocimientos y controvertidas creencias de un sacerdote católico, desatando la más electrizante búsqueda de la memoria de los aztecas en las profundidades de las catacumbas de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Se trata de un texto inusual en el panorama de la literatura mexicana actual, hábilmente narrado por su autor, en el que el amor se pone a prueba ante la intriga y se entreteje a la muerte, la ambición, la traición y el deseo de sobrevivir a un acontecimiento donde la Ciudad de México se muestra como una ciudad vibrante que hace frente a una de las etapas más adversas de su historia.
La novela recorre lugares y rincones de la ciudad en los que hace cinco siglos los creadores de una civilización singular debieron enfrentar la destrucción de los valores y símbolos de su cultura que, sin embargo, se resiste a ser una memoria olvidada. Los protagonistas trasponen el umbral entre dos épocas y dos concepciones cosmogónicas que nos plantean la eterna pregunta: ¿quiénes somos?