En esta breve obra teatral, Lorca vuelve al género guiñolesco que ya tocase con Los títeres de Cachiporra. En este caso, adapta un cuento tradicional andaluz, en el que una niña que riega una planta de albahaca le plantea un acertijo a un príncipe para ganar su amor. Con la ayuda de un sabio y una bruja, el príncipe conseguirá el amor de la niña, mas esto es solo el principio...-