La guía más completa del género que ha hecho evolucionar el rock hasta nuevas sonoridades y formas estilísticas.
Auténtica esponja musical, capaz de absorber, amalgamar y destilar un sinfín de influencias, si algo caracteriza al rock sinfónico es su voluntad de mestizaje, su falta de complejos a la hora de aceptar otras músicas para incorporarlas al andamiaje básico del rock. Así, ya sea desde la primera psicodelia (de la que deriva en buena parte), pasando por el blues y el jazz, el pop, el folk y el hard rock, la música electrónica y de vanguardia y sin olvidar por supuesto la música clásica en sus mil y una acepciones, el rock progresivo se atrevió (y en ello sigue) a derribar barreras estilísticas con sonoridades nuevas y atrevidas. La presente guía pretende ofrecer al lector las pautas, las herramientas y los datos más significativos de este género musical, combinando rigor y objetividad.
•The Alan Parsons Project: El productor como protagonista.
•Asia: El supergrupo por excelencia.
•Genesis: Magistrales e irrepetibles.
•Jethro Tull: Canciones desde el bosque.
•Pink Floyd: Más grandes que la vida.
•Yes: Más allá del bien y del mal.
Género adulto por excelencia dentro del rock, lo progresivo y/o sinfónico ha suscitado, a lo largo de su historia, opiniones encontradas. El hecho de haber introducido armonías y estructuras musicales complejas en una música, el rock, que desde su génesis portaba lo sencillo y lo inmediato por bandera, no siempre ha sido apreciado por una parte de la parroquia rockera, que lo ha despreciado endémicamente tildándolo de música aburrida, pretenciosa y autoindulgente. Un error de bulto, pues a lo largo de su historia el rock progresivo ha demostrado en incontables ocasiones su carácter ecléctico, su afán de experimentación y su posición de vanguardia respecto a la coyuntura artística imperante. El Reino Unido –con Londres como obvio epicentro– se convirtió, a partir de 1967, en una cantera casi inagotable de bandas progresivas.